Apoyandonos en nuestro fabricante IBERICOS GUILLEN os vamos a explicar el proceso de curación del jamón iberico
El jamón ibérico es uno de los manjares más apreciados en la gastronomía española. Su sabor único y su textura delicada son el resultado de un proceso de curación meticuloso y tradicional. En esta entrada, exploraremos los diferentes pasos que se siguen para obtener un jamón ibérico de calidad excepcional.
1. Selección de la materia prima: El proceso de curación comienza con la selección de los cerdos ibéricos de raza pura, criados en condiciones óptimas y alimentados con una dieta especial basada en bellotas. Esta alimentación es fundamental para el desarrollo del sabor y la textura característicos del jamón ibérico.
2. Salazón: Una vez sacrificado el cerdo, se procede a la salazón del jamón. Se cubre con sal marina durante un período de tiempo determinado, dependiendo del peso del jamón. La sal penetra en la carne, deshidratándola y preservándola.
3. Lavado y reposo: Tras la salazón, el jamón se lava para eliminar el exceso de sal y se deja reposar en cámaras especiales. Durante este reposo, la sal se distribuye de manera uniforme en la carne y comienza el proceso de deshidratación.
4. Secado: El jamón se cuelga en secaderos naturales, donde se somete a un proceso de secado lento y controlado. La temperatura y la humedad son factores clave en esta etapa, ya que influyen en la formación de las características vetas de grasa infiltrada y en el desarrollo de los sabores y aromas del jamón.
5. Maduración: La maduración es la etapa más larga y crucial del proceso de curación. El jamón se traslada a bodegas donde se somete a un periodo de tiempo prolongado, que puede variar desde varios meses hasta varios años. Durante este tiempo, el jamón pierde agua y se concentran los sabores y aromas, adquiriendo su textura y sabor únicos.
El proceso de curación del jamón ibérico es un arte que requiere paciencia, experiencia y conocimiento. Cada paso, desde la selección de la materia prima hasta la maduración en bodegas, contribuye a la creación de un producto excepcional. El resultado final es un jamón ibérico de calidad suprema, con un sabor y una textura que deleitan los paladares más exigentes
JAMÓN IBERICO -PROCESO DE CURACIÓN-
Apoyandonos en nuestro fabricante IBERICOS GUILLEN os vamos a explicar el proceso de curación del jamón iberico
El jamón ibérico es uno de los manjares más apreciados en la gastronomía española. Su sabor único y su textura delicada son el resultado de un proceso de curación meticuloso y tradicional. En esta entrada, exploraremos los diferentes pasos que se siguen para obtener un jamón ibérico de calidad excepcional.
1. Selección de la materia prima:
El proceso de curación comienza con la selección de los cerdos ibéricos de raza pura, criados en condiciones óptimas y alimentados con una dieta especial basada en bellotas. Esta alimentación es fundamental para el desarrollo del sabor y la textura característicos del jamón ibérico.
2. Salazón:
Una vez sacrificado el cerdo, se procede a la salazón del jamón. Se cubre con sal marina durante un período de tiempo determinado, dependiendo del peso del jamón. La sal penetra en la carne, deshidratándola y preservándola.
3. Lavado y reposo:
Tras la salazón, el jamón se lava para eliminar el exceso de sal y se deja reposar en cámaras especiales. Durante este reposo, la sal se distribuye de manera uniforme en la carne y comienza el proceso de deshidratación.
4. Secado:
El jamón se cuelga en secaderos naturales, donde se somete a un proceso de secado lento y controlado. La temperatura y la humedad son factores clave en esta etapa, ya que influyen en la formación de las características vetas de grasa infiltrada y en el desarrollo de los sabores y aromas del jamón.
5. Maduración:
La maduración es la etapa más larga y crucial del proceso de curación. El jamón se traslada a bodegas donde se somete a un periodo de tiempo prolongado, que puede variar desde varios meses hasta varios años. Durante este tiempo, el jamón pierde agua y se concentran los sabores y aromas, adquiriendo su textura y sabor únicos.
El proceso de curación del jamón ibérico es un arte que requiere paciencia, experiencia y conocimiento. Cada paso, desde la selección de la materia prima hasta la maduración en bodegas, contribuye a la creación de un producto excepcional. El resultado final es un jamón ibérico de calidad suprema, con un sabor y una textura que deleitan los paladares más exigentes
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